sábado, 17 de marzo de 2012

Le Cave el Tridente

En el estreno del trío ofensivo, Trezeguet cumplió con un cabezazo para abrir el partido y luego el Chori asistió a Cavenaghi para liquidar el partido. Luego, el Torito metió el tercero y llegó a los 17 en el torneo. River, al fin, es puntero.

INDOMABLE. Trezeguet festeja el gol que abrió el partido ante Merlo. (Télam)

Bastó que Trezeguet metiera la cabeza, dos veces, que desparramara su perfume francés por el área, para que en Liniers se oliera a goleada. Todo lo que no podía River hasta ese momento, encontrar un hueco, tener paciencia, lograr efectividad, romper esa paridad que empezaba a exasperar, lo consiguió el goleador con otro destello de su calidad exquisita. Fue un movimiento justo de cabeza, tras un centro no menos justo de Ocampos desde la izquierda, para estrellar la pelota en el travesaño. Y en ese instante de lamentos, cuando más de un delantero se agarra la cabeza y pone la mejor cara de desgracia para el plano corto de la TV, el pelado abrió los ojos más y mejor que ninguno para aprovechar el rebote. Y ahí sí… El gol, la paz, el fútbol… La punta.Hasta esa aparición electrizante de Trezeguet a River le pesaba demasiado tener que demostrar en diez minutos el mundo que separan a uno del otro. La ansiedad lo llevaba al apuro y el apuro se traducía en imprecisiones. Entonces, el equipo se ahogaba, no encontraba aire ni espacios para que alguno de los buenos pies que juntó el Pelado frotara la lámpara. Todo quedaba relegado a alguna escapada de Ocampos por izquierda y a algún remate desde lejos, como el de Carlos Sánchez en el comienzo, pero poco juego del que requiere elaboración colectiva. Justo el día del estreno del Tridente, River no podía pinchar a Deportivo Merlo, que hasta le daba algún susto de contra. Pero justo apareció el goleador…Y entonces todo tuvo otro color. Por más que el desarrollo del juego siguió apretado, sin espacios, con más corazón que pases cortos, River tuvo las riendas y las chances. Hasta que les tocó al Chori y a Cavenaghi cumplir con su parte para que la fiesta fuera completa, para que la apuesta al Tridente pagara el pleno, y eso fue lo que ocurrió. Domínguez lo buscó al Torito con un pelotazo justo y el goleador del torneo definió con toda su categoría por sobre Capogrosso.. que el sufijo ¨capo¨ le quedo al gran torito.. Y Cavenaghi volvió a gritar sobre el final, para que aquello que se olía al principio, se concretara con el 3-0 final. River le clavó el tridente, nomás. Y, al fin, la punta es toda suya.

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